Alérgeno: CACAHUETES
El maní (Arachis hypogea) es un miembro de la familia de las leguminosas, que también incluye guisantes, frijoles, soya, altramuces, lentejas y fenogreco. El cacahuete es muy consumido en todo el mundo por su contenido proteico cercano al 30% y su versatilidad. Se puede comer crudo, asado, frito, salado, como mantequilla de maní, aceite o harina. (1, 2)
La alergia al maní es reconocida como una de las más graves, debido a su prevalencia, persistencia y posible gravedad de su reacción. La sensibilidad al maní aparece temprano en los niños y generalmente persiste durante toda la vida (1). Se estima que el 20 % de los niños alérgicos al cacahuate superan su alergia cuando llegan a la edad escolar. Sin embargo, alrededor del 8% de los casos pueden reaparecer después de la superación. (1, 2)
Los granos de maní contienen más de 50 tipos diferentes de proteínas, 19 de las cuales han sido identificadas como responsables de las alergias mediadas por anticuerpos IgE (2). Su potencial alergénico se incrementa en los cacahuetes tostados en comparación con los fritos o hervidos (1).
Las manifestaciones de la alergia al cacahuete pueden ser muy variadas desde urticaria, hinchazón facial, síndrome de alergia oral, dolor abdominal, asma hasta shock anafiláctico, siendo la causa más frecuente de anafilaxia inducida por alimentos grave o mortal. Las cantidades mínimas suelen ser suficientes para desencadenar una reacción de hipersensibilidad. (2, 3)
Reacción cruzada entre maní y otros alimentos
En la alergia alimentaria pueden ocurrir reacciones cruzadas, es decir, diferentes alimentos pueden inducir respuestas alérgicas similares en un mismo individuo, debido a la similitud de sus proteínas (1,3). En el caso de las personas alérgicas al cacahuete, también pueden reaccionar a otras legumbres como el lupino, y más raramente la soja y los guisantes (1, 2).
Una proporción significativa de personas con alergias a los cacahuetes también reaccionan a los frutos secos, a saber, avellanas, nueces de Brasil, almendras, nueces y anacardos (1, 2, 4). Esto se debe no solo a la similitud de sus proteínas de reserva, sino también al frecuente intercambio de instalaciones y equipos donde se produce la contaminación cruzada (3, 5).
Cuando el diagnóstico de alergia al maní es confirmado por el Inmunoalergólogo, el tratamiento de elección es la eliminación total de estos alimentos de la dieta (6). Muchos expertos también recomiendan excluir las nueces debido al potencial de reacción cruzada. (5)
El uso generalizado de maní y productos de maní en alimentos procesados requiere una lectura cuidadosa del etiquetado (6).
La legislación europea obliga a identificar en el etiquetado la presencia de cacahuetes y productos a base de cacahuetes, incluido el aceite de cacahuete altamente refinado, contrariamente a la legislación estadounidense que considera bajo el riesgo de alergia en el aceite de cacahuete refinado, ya que su contenido en proteínas es vestigial, no requiere que se destaque el aceite de cacahuete en el etiquetado. A pesar de ello, los expertos consideran que en casos de alta sensibilidad al alérgeno también se debe evitar el aceite de cacahuete. (5, 7)
Alimentos que tienen o pueden contener maní: (3, 4, 5, 8)
Cómo identificar los cacahuetes en la etiqueta:
Cacahuetes, aceite de cacahuete, harina de cacahuete, mantequilla de cacahuete, aroma artificial de frutos secos, aroma natural, lecitina (E 322) de cacahuete, proteína de cacahuete hidrolizada, proteína vegetal, aceite vegetal, Arachis hypogea (en cosmética). (5, 6)
Los productos Fidu no contienen maní ni subproductos. No manejamos ningún ingrediente que pueda estar contaminado con maní en nuestras instalaciones. De esta forma garantizamos que no existe contaminación cruzada por trazas y que nuestros productos son seguros incluso para los más sensibles.
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Nota Importante: El contenido de este artículo es meramente informativo y no debe sustituir las indicaciones médicas. Si sospecha que padece este tipo de alergia, debe consultar a un médico.
(1) Vieira, RJL da S. (2015). Alérgenos alimentarios: un estudio sinóptico (Universidad Nova de Lisboa).
(2) Acuerdo de confidencialidad. (2016). Opinión científica sobre la evaluación de alimentos e ingredientes alimentarios alergénicos con fines de etiquetado. Diario de la EFSA, 12(11).
(3) Carrapatoso, I. (2004). Grupos de alimentos con mayor reactividad cruzada: artículo de revisión. Revista portuguesa de inmunoalergología, XII, 103–113.
(4) Agencia de Normas Alimentarias. (2006). Orientación sobre el manejo de alérgenos e información al consumidor.
(5) Investigación y educación sobre alergias alimentarias (FARE). (2015). Su guía práctica de alergias alimentarias.
(6) Grupo de interés de alergia alimentaria SPAIC, 2017. Alergia alimentaria: conceptos, consejos y precauciones, 1.ª edición. Lisboa: Sociedad Portuguesa de Alergología e Inmunología Clínica con apoyo de Thermo Fisher.
(7) Reglamento (UE) n.º 1169/2011, de 25 de octubre de 2011, del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea.
(8) Nunes, M., Barros, R., Moreira, P., Moreira, A., Almeida, M. (2012). Alergia a la comida. Ministerio de Educación y Ciencia - Dirección General de Educación & Ministerio de Sanidad - Dirección General de Sanidad.